Montaña de Tindaya

En 1.994, según Ley 12/1994, de 19 de diciembre, la Montaña de Tindaya, es declarada Monumento Natural.

El Monumento Natural de la Montaña de Tindaya comprende 186,7 hectáreas en el término municipal de La Oliva.

El Monumento Natural de Montaña Tindaya es una de las imágenes más representativas del paisaje de Fuerteventura.

Montaña Tindaya ha sido protegida por su interés geológico, científico, arqueológico y cultural.

Destacan los cerca de 300 grabados en forma de “pies” (grabados podomorfos) que realizaron los guanches, existiendo varias hipótesis que explican su significado de carácter mágico-religioso. Por un lado se piensa que se trataba del centro del mundo majorero, un lugar sagrado en donde habitan las distintas divinidades (“Montaña Sagrada”). Los “grabados podomorfos” también podrían representar la huella de los que han pasado al mundo de los muertos, convirtiéndose la montaña en un lugar de culto. Por otro lado la dirección de los grabados, con una orientación entre el sur-oeste y el oeste, coincide con el lugar por donde se pone el Sol durante el Solsticio de Invierno.

La Montaña de Tindaya ha sido motivo de conflicto entre aquellos partidarios de que se convirtiera en una gran escultura natural creada por el escultor Eduardo Chillida y los que defienden el protegerla por el carácter sagrado que tenía para los aborígenes majoreros y su gran valor arqueológico.

Está compuesta de traquita, una piedra de origen volcánico muy apreciada por su utilidad ornamental y su alto valor económico.

Sea lo que fuere, la montaña tiene algo mágico que parece atrapar la mirada del que la contempla y que le conecta con ese lado sagrado y espiritual que tenía para los antepasados majoreros.

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